Cita Bíblica: Salmos 55:12-14
12. No es un enemigo el que me insulta, eso lo soportaría; ni alguien que me odie, pues me escondería de él.
13 Eres tú, mi igual, mi compañero y mi mejor amigo.
14 Nos unía una gran amistad y compartíamos en el templo de Dios; caminábamos juntos entre la multitud. PDT.
Salmo 147:3 “El sana a los quebrantados de corazón, Y venda sus heridas”
INTRODUCCION
En la relación de pareja siempre sucede que, uno de los miembros hace algo que hiere profundamente al otro. A veces, si no se consigue hablar y tratar de ello, la herida persiste y puede destruir ese amor que se tienen. Es muy difícil saber tratar correctamente las heridas.
LAS HERIDAS SON INEVITABLES EN EL MATRIMONIO.
Por mucho cuidado que tengamos en nuestra relación no podemos evitar que, en algún momento de esta relación toquemos un punto sensible del otro y que esto dé lugar a que se le hiera.
En la relación de pareja esto es más que sensible Nuestras diferencias chocan unas contra otras, se producen incomprensiones, malos hábitos y con el tiempo también defectos de carácter.
La convivencia entre personas está llena de roces, de heridas que nos causamos unos a otros; a veces sin querer y otras como reacción ante lo que parecía un ataque.
Estas heridas son una barrera para la relación, nos ponen a la defensiva y nos hacen mantener las distancias, dificultando que vivamos la intimidad.
Por mucho empeño que pongamos, es inevitable que no nos hagamos daño y nos culpabilicemos mutuamente; parece que nuestro destino siempre es herir y culpabilizar precisamente a las personas que más queremos. Pero ¿podemos superar cualquier herida? SI
NO OCULTAR LOS PROBLEMAS
Se podría decir que todos hemos sido heridos en alguna área de nuestra vida. Las heridas deben ser sanadas porque de lo contrario estas heridas se convertirán en una pesadilla. Olvidar una herida y sanar una herida son dos cosas distintas, el tiempo no tiene el poder para sanar una herida, pero sí olvidarla temporalmente, por tanto, cuando ese recuerdo nos llega a memoria pues este empieza a causarnos dolor porque no ha sido sanada. Muchas personas dicen: olvida eso, sin darse cuenta que para solucionar los problemas de la vida es necesario enfrentarlos tomando las mejores decisiones.
Las heridas siempre dejan huella en nuestro corazón y en nuestra alma. Debemos sanar estas heridas porque las heridas que no se sanan debilitan nuestro amor y lo matan, más tarde o más pronto
¿Como nos llega la herida? Alguien nos ofende pero no hay intención de pedir perdón y ahí llega la herida y por ende las enemistades. Como resultado de una herida hay muchas personas que empiezan a hablar cosas inciertas de esa persona que le hirió y pasan su vida entera criticando la vida de esa persona y sumando a otras personas a cargar con ese odio.
EL REMEDIO POR EXCELENCIA.
Cuando estudiamos la Biblia nos damos cuenta que el remedio por excelencia que usó Jesucristo para sanar las heridas se llama AMOR. Para que haya sanidad en nuestro corazón primero debe de haber arrepentimiento (cambio total de mentalidad), luego un derramamiento del amor de Dios por su Espíritu Rom. 5:5. después lo de perdonar vendrá por naturaleza como resultado de tu, haber sido transformado por ese amor incondicional, eterno y sobrenatural.
Donde no hay una intervención de ese amor incondicional tampoco habrá una intervención de esa sanidad divina, muchos quieren atribuir su sanidad al olvido por lo tanto pasan su vida entera chocando con la misma piedra.
La obra redentora de Jesús en la cruz es el medio por excelencia para sanar tus heridas. Muchos han oído hablar de lo que Jesús hizo en la cruz pero poco lo han vivido, porque no es lo mismo oír hablar de algo que vivir ese algo Job 42:5. Cristo pagó el precio de nuestra libertad para que no sigamos siendo esclavos de una herida. La sanidad divina empieza donde empieza el amor de Dios y este amor trae perdón, y este perdón reconciliación.
Todos sabemos que arrastramos cosas de nuestra vida pasada que aquí en Cristo Jesús son destruidas, pero Cristo no va a transformar nuestro corazón si nosotros nos resistimos a recibir ese amor para perdonar. Nadie me puede decir que cuando recibimos a Cristo la memoria se borra y empezamos a traer nuevas imágenes a nuestra mente, nada de lo que pasó en nuestra vida desde que llegamos a tener conciencia se ha borrado, todo sigue ahí archivado en nosotros, por eso nuestra mente necesita ser renovada día en día por la Palabra de Dios. Romanos 12:2
CONOCIENDO LAS DIMENSIONES DEL SER HUMANO, CREADAS POR DIOS.
¿ Que son el ESPIRITU, EL ALMA Y EL CUERPO ???
CUERPO, es la parte visible, compuesta por material biológico, químico.
ALMA, compuesta por la mente-pensamientos, Emociones-sentimientos-deseos- y la voluntad-intenciones, manifestadas externamente por nuestro comportamiento o conductas.
Bíblicamente el alma no se desintegra como el cuerpo, sino que permanece mas allá de la muerte…Ezequiel 18.
ESPIRITU, es la única dimensión que puede conectarse con Dios, pero solo cuando la persona se arrepiente de corazón y por fe recibe a Jesucristo como Salvador y Señor de su vida y recibe al aliento de vida, que es cuando viene a morar el Espíritu Santo de Dios, de lo contrario, el espíritu está muerto- Ezequiel 37
PASOS PARA EXPERIMENTAR SANIDAD TOTAL.
Reconciliación.
Cuando una persona siente que ha herido al otro, procure remediar la situación cuanto antes, porque cuanto más tiempo dejemos pasar más difícil será el tratarlo.
¿cómo se hace esto de la reconciliación?
Lo primero y fundamental es que quién ha herido al otro lo reconozca. Tenemos aquí la primera dificultad: con mucha frecuencia uno tiende a no reconocer esto, a que lo hizo sin intención.
Segundo paso: pedir perdón. «Lo siento, perdóname.» Sé que estas palabras a mucha gente les resulta extremadamente difícil. Significan que se reconoce la culpa y el error, dando entender entonces que estamos supeditados a la otra persona para que las cosas puedan volver a funcionar.
Con frecuencia, cuando el otro ha recibido de nosotros el reconocimiento de nuestra culpa y le hemos pedido perdón, muy a menudo se siente aliviado, y es posible que perdone de corazón.
Pero a veces tenemos que dar un tercer paso, porque las palabras ya no bastan y tenemos que añadir una «acción», una obra de desagravio, para que pueda realmente perdonarnos de corazón porque con esto estamos demostrando tanto el reconocimiento de la herida producida como la compensación del daño producido. Así estamos realmente restaurando nuestra relación que se ha roto por esa herida.
Reconocer el daño causado, pedir perdón y desagraviar con obras son los pasos básicos que podemos dar, cuando hemos herido a nuestra pareja, para eliminar realmente el daño causado y conseguir la reconciliación. Naturalmente esto siempre que el otro quiera.
Lo que ha de hacer el herido.
Lo primero que ha de hacer es tomar conciencia, y en serio, de la herida recibida. Ha de tener el valor de reconocer que está enfadado con su pareja. Y mucho ojo con esta cuestión porque tendemos a eludirla y entonces podemos tomar dos caminos: a) Uno mismo se rebaja y piensa que tampoco es para tanto; b) Uno se pone tan alto y está por encima que piensa «el pobre es que no da más de sí».
Así pues, lo segundo a hacer es hacer comprender a mi pareja y de manera inequívoca que me ha herido y de qué modo lo ha hecho: «Estoy muy enfadado contigo porque… y me haces sentir entonces…» Si no expresamos el dolor por el daño recibido y guardamos silencio quedándonos con la humillación o la ofensa, se crea una situación muy destructiva,
En tercer lugar, hay que tener presente que, cuando hemos sido heridos por nuestra pareja, siempre tenemos la posibilidad de iniciar una rivalidad destructiva: De este modo el otro es más culpable y más pecador y así puedo despreciarlo cada vez más, y en cada oportunidad que se me presente puedo mostrarle enseguida el registro de faltas, y de ese modo hundirle moralmente.
Por esto también es necesario que el herido sea humilde y que renuncie a tomar estos caminos. Toda herida que me provoque mi pareja es un arma peligrosa en mis manos.
Pero si hay buena voluntad entre los esposos, en la inmensa mayoría de las veces se puede poner remedio a las ofensas producidas. Se puede iniciar así un proceso incluso de enriquecimiento de la relación al producirse la restauración de la dignidad de tu pareja: «Lo que eres es más importante para mí que lo que has hecho».
LA MINISTRACIÓN – EL PROCESO
- Acercarnos en oración a Dios.
- Lidiar con la ofensa. Juan 8:32 “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”
- El poder del perdón. Marcos 11:25–26 perdonen para que vuestro padre les perdone
- Orar por la sanación de la persona herida. Lucas 4:18 el Espíritu me a ungido para sanar a los quebrantados de corazón…..
- Orar para seguir a Cristo siendo liberados. Juan 8:32 La verdad os hará libres
CONCLUSIONES
Las heridas más fuertes que puede recibir el ser humano, son aquellas causadas en las emociones, especialmente las producidas por el rechazo, y por los seres más cercanos.
Jesús está interesado en sanar cada una de nuestras heridas con amor, paz, mansedumbre,
Jesús está interesado en sanar cada una de nuestras áreas. Isaías 61,1-3 y Lucas 4,14-21.
Amen.