MAS ALLA DE LAS DIFICULTADES – Un camino hacia la esperanza
DEVOCIONAL: Miqueas 7:1-10
TEXTO BASE: Miqueas 7:7 Mas yo a Jehová miraré, esperaré al Dios de mi salvación; el Dios mío me oirá. RV60
INTRODUCCIÓN:
Hace unos años, conocí a una pareja, que lo perdió todo en cuestión de meses: su hermano sostén de su ministerio falleció, su hijo de su hermano que falleció quedo a su cargo también murió, finalmente su propio hijo reflejo fiel también murió todo en menos de un año. El pastor se dijo para sí: “Ya no tengo fuerzas ni para orar. Siento que Dios se olvidó de mí.” Su historia es la de muchos: cuando la vida golpea tan fuerte que parece que no hay salida, ni luz, ni esperanza. Pero fue en ese abismo donde esta pareja descubrió que: Dios no se había ido. Solo estaba esperando que ellos levantaran la mirada la mirada. Para trazarle un futuro diferente, el de Dios y no el de Ellos y hoy esa pareja está aquí hablándote sirviendo Dios junto a ti . A jehová Miré y el me oyó…...
I. EL LAMENTO HUMANO – Miqueas 7:1-6
El libro de Miqueas termina con uno de los pasajes más hermosos de esperanza, pero llegamos a él después de leer páginas llenas de lamentos, denuncias contra la corrupción, y descripciones duras sobre la maldad humana. En los versículos anteriores a nuestro texto, Miqueas describe un mundo donde:
– Los buenos han desaparecido (v.2)
– Todos están traicionando a otros (v.3)
-Los príncipes y jueces aman el mal (v.3)
– Hasta los amigos y familiares no pueden confiarse (v.5-6)
Imagínense vivir en ese entorno. ¿Qué harías si todos te han fallado? Si tus vecinos, tus parientes, tus líderes, e incluso los tuyos más cercanos, te han defraudado… ¿dónde pones tu esperanza? Miqueas no cierra los ojos ante la realidad. Él reconoce el caos, el dolor, la traición. Pero entonces, él decide mirar a Dios, no a las circunstancias. dice algo asombroso…
II. EL GIRO DEL ALMA – Miqueas 7:7ª
Mas yo a Jehová miraré. Este versículo es un acto de resistencia espiritual. Es el momento en que Miqueas decide no rendirse. Decididos a no seguir mirando a los hombres, ni al mundo caído, sino a Dios mismo. Es como si dijera: «Sé que el mundo está roto, sé que soy débil, sé que he sido herido… pero hay Uno que no me ha fallado. Y a Él dirijo mis ojos.«
¿Alguna vez has sentido que todo a tu alrededor se desmorona? Tu matrimonio terminó. Tus hijos se alejaron. Tu salud se deterioró. Tus sueños se hicieron añicos. Tus amigos desaparecieron. Tu iglesia te decepcionó. Cuando todo eso pasa, ¿a quién miras?
MIQUEAS decide mirar a Dios, no a las circunstancias. DAVID, en medio de la persecución, escribió: Salmo 27:1 (RVR60): Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? PEDRO caminando sobre el agua (Mateo 14:29-30). Mientras miraba a Jesús, caminaba. Cuando miró el viento, se hundió.
III. CUANDO NO HAY RESPUESTA, ESPERA EN DIOS – Miqueas 7:7b
“…esperaré al Dios de mi salvación…” La espera no es pasiva, es un acto de fe. Isaías 40:31: “Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas…” La esperanza verdadera no depende de nuestras circunstancias, sino de quién es Dios. Salmo 34:18: «Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu.»
Isaías 41:10: «No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios.» Dios no llega tarde. Él llega cuando más lo necesitas. Hay una esperanza diferente – No basada en lo temporal.
Amigos, la esperanza que ofrece el mundo es frágil. Se basa en lo que tenemos, en cómo nos ven, en cuánto éxito alcanzamos. Pero cuando esas cosas se van, también se va nuestra esperanza. Pero la esperanza cristiana es diferente. Se fundamenta en la fidelidad de Dios. En su amor inquebrantable. En su gracia que nos alcanza incluso cuando somos indignos.
IV. CUANDO NADIE ESCUCHA, DIOS SÍ TE OYE. – Miqueas 7:7c
“…el Dios mío me oirá.” La certeza divina Esta afirmación es poderosa. No dice: “Quizás Dios me escuche”. Ni tampoco: “Si hago lo suficiente, quizás me responda”. Miqueas Dice: «Mi Dios me oirá.» Con absoluta seguridad. Esto no es arrogancia. Es intimidad. Es conocer al Dios que prometió no dejarnos ni abandonarnos.
Salmo 34:17: “Claman los justos, y Jehová oye…” Sabes qué significa esto para alguien que está en el fondo del pozo? Significa que no estás solo. Que aunque el mundo te olvide, aunque tus propios seres queridos te fallen, Dios no apartará su rostro de ti.
Ejemplo bíblico: Ana, madre de Samuel (1 Samuel 1:10-20). Lloró en silencio, pero Dios escuchó su clamor. Tus lágrimas no caen al suelo. Dios las recoge una por una.
CONCLUSIÓN:
Levanta tus ojos, porque tu redentor vive Hoy, quiero hablarte directamente al corazón. Tal vez estés sentado en este momento y estés pensando: «Ya no puedo más». O tal vez, como Daniel, estés al borde del puente de la desesperación. O como Job que lo perdió todo, Ojalá puedas escuchar hoy esta palabra de Dios: “Mira a Dios. Confía en Él. Él te oye. Él te ama. Él no te ha abandonado.”
La vida puede ser cruel. Las personas pueden fallarte. El futuro puede parecer oscuro. Pero hay un Dios que no duerme. Un Salvador que te espera con brazos abiertos. Y un Espíritu que viene a renovar tu alma. No importa cuántas lágrimas hayas derramado. No importa cuántas veces hayas fallado. No importa cuán lejos te sientas de Dios. Él sigue diciendo: “Vuelve a mí. Yo te recibiré. Yo te sanaré. Yo te daré nueva esperanza.”
Tu historia no ha terminado. Dios tiene planes de restauración para ti. Tiene nuevas oportunidades, nuevas relaciones, nuevas bendiciones. Tal vez no sean como tú esperabas, pero vendrán. Así que hoy, como Miqueas, quiero invitarte a hacer esta declaración: “Pero yo miraré hacia el SEÑOR; esperaré al Dios de mi salvación. Mi Dios me oirá.” Levanta tus ojos. Respira profundo. Recuerda que aun en la oscuridad, hay una luz que no se apaga. Y esa luz es Cristo.
Recíbelo Hoy.
01/07/25 @dolfo